En los remotos rincones de la región de Moquegua, en Perú, se lleva a cabo una celebración única que honra una tradición ancestral: el Sarawja Charango de Oro. Este evento, que ha perdurado a lo largo de generaciones, se ha convertido en un símbolo del patrimonio cultural de la región, especialmente en los distritos de San Cristóbal-Calacoa, Cuchumbaya y Carumas.
la historia del sarawja
El Sarawja Charango de Oro es mucho más que un simple concurso de música. Es una celebración que fusiona la pasión por la música tradicional, el respeto por la herencia cultural y la comunidad. Desde tiempos inmemoriales, los habitantes de estos distritos han cultivado una profunda conexión con la música andina y, en particular, con el charango, un instrumento de cuerda tradicional.
Cada año, durante la festividad del Sarawja Charango de Oro, los músicos locales se reúnen para competir en diversas categorías que van desde la interpretación de melodías tradicionales hasta la composición de nuevas piezas musicales. Pero más allá de la competencia, esta celebración es una oportunidad para reunirse, compartir experiencias y fortalecer los lazos comunitarios.
El charango, instrumento emblemático de la música andina, ocupa un lugar central en esta festividad. Con sus cuerdas vibrantes y su sonido característico, el charango se convierte en el vehículo a través del cual se transmiten las historias, las emociones y la identidad de la cultura moqueguana.
El evento del Sarawja Charango de Oro no solo atrae a músicos locales, sino también a visitantes de todo el país e incluso del extranjero, que acuden para ser testigos de esta celebración única. Además de las competencias musicales, el evento incluye ferias artesanales, exhibiciones de danzas tradicionales y degustaciones de la exquisita gastronomía local.
Para los habitantes de San Cristóbal-Calacoa, Cuchumbaya y Carumas, el Sarawja Charango de Oro es mucho más que un evento anual; es una manifestación viva de su identidad cultural y un tributo a sus antepasados. A través de esta celebración, se asegura que las tradiciones se transmitan de generación en generación, preservando así el rico legado cultural de la región de Moquegua.